Desde que mi cliente recibió la máquina, ya ha pasado casi medio año. Durante este tiempo, a menudo charlo con él sobre temas de negocios y vida. En las primeras etapas de su emprendimiento, estableció un estudio y, con la ayuda y orientación de mí y mi equipo de posventa, resolvió problemas básicos relacionados con la operación de la máquina y el uso del software digital; todo avanzó muy satisfactoriamente. Discutimos una variedad de productos, incluyendo bolsas de lona, gorras y camisetas. Al principio, efectivamente sus volúmenes de pedido eran pequeños.
Durante una llamada en junio, hablé con él al respecto y, después de pensarlo, le sugerí que intentara usar las redes sociales para construir su propia base de fans y clientes. Aunque al principio no tenía ni idea, mi equipo de redes sociales y yo le brindamos orientación profesional, incluyendo ángulos de filmación, contenido, redacción, edición de videos y horarios de publicación. En una conversación casual en agosto, me contó que uno de sus videos había mostrado datos increíbles, y no podía creer que él mismo hubiera creado contenido tan atractivo. A partir de ese día, encontró la plantilla de video que mejor le funcionaba y, con la acumulación continua de seguidores en redes sociales, su volumen de pedidos siguió aumentando.
Ver cómo avanzaba paso a paso por el camino que había imaginado me hizo sentir genuinamente feliz. Esto es lo que siempre he estado haciendo —no solo vender máquinas a mis clientes, sino enseñarles cómo usar nuestras máquinas para ganar dinero y ganar más dinero.
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